y con bandera blanca ir a negociar la rendición.
No me importa quién tenga razón, no somos críos.
No me importa quién tenga razón, no somos críos.
Aprovechemos que la calma llegó, nos dio un respiro.
Ha llegado el momento de parar y ser sinceros,
de concedernos un instante y pensar qué nos pasó.
Disfrazamos nuestros miedos de no importa y lo entiendo.
Y ese fue el error.
No aceptar nuestras pequeñas diferencias nos mató.
Y ahora que la lluvia apagó las ascuas del incendio
de concedernos un instante y pensar qué nos pasó.
Disfrazamos nuestros miedos de no importa y lo entiendo.
Y ese fue el error.
No aceptar nuestras pequeñas diferencias nos mató.
Y ahora que la lluvia apagó las ascuas del incendio
Es hora de pensar si nuestro amor ardió o sigue
ileso.
Buscar entre los restos un recuerdo de lo que fuimos
Decidir si volver a empezar, si tiene sentido.
Ha llegado el momento de parar y ser sinceros
De desnudarnos y decir sin maquillar lo que queremos.
Sólo el tiempo es capaz de curar corazones enfermos.
O comprobar que nada será igual después del
incendio.
Y ahora que la lluvia apagó las ascuas del incendio.
Es hora de pensar si nuestro amor ardió o sigue
ileso.
Buscar entre los restos un recuerdo de lo que
fuimos.
Decidir si volver a empezar y si tiene sentido.